Obra que utiliza las nuevas tecnologías ganó el XLIV Concurso Nacional Arte Joven
La pintura “Iconorrea”, de José Valentín Calderón, de la comuna de San Bernardo (Región Metropolitana), obtuvo el Premio de Honor Universidad de Valparaíso, de adquisición, consistente en medalla, diploma, tres millones de pesos y una exposición individual en la sala El Farol, durante el año 2023, como parte del XLIV Concurso Nacional Arte Joven.
Luego de una intensa revisión, el jurado integrado por los artistas Tatiana Lastarria, René Poblete y José Luis Rissetti entregó su veredicto de manera unánime.
La obra de arte textil “Membrana 1”, de Valeria Valenzuela, de Calama, ganó el Premio Litoral Banco Santander, también de adquisición, consistente en diploma y dos y medio millones de pesos.
Este año, las distinciones especiales, consistentes en un diploma y quinientos mil pesos, fueron para la escultura “Profundización del pez”, del porteño Rubén Fernández, y la obra de arte textil “Vida después del tornado rojo”, de la santiaguina Nicole Cortez.
Las menciones honrosas fueron para la pintura “Paisajes anacrónicos”, de Juan Esteban Reyes, de Santiago; el grabado “Anhelos de contacto I”, de Oscar Vargas, de Villa Alemana; la escultura “Niño triste”, de Joaquín Hidalgo, de Machalí; la técnica mixta “Erasmo”, de Carolina Oliva, de Santiago; la pintura “Inocencia”, de Pablo Rodríguez, de Valparaíso; el dibujo grafito “Objeto”, de Ignacio Henríquez, de Santiago; y la pintura “Y nos despojaron…”, de Macarena Saldías, de Temuco.
La exposición y ceremonia de premiación se realizará el viernes 2 de diciembre en la sala El Farol y estará abierta al público hasta fines de enero. Posteriormente se exhibirá en el Espacio Matta, en la Región Metropolitana, y en la Casa del Arte de la Universidad de Concepción.
"Un ejercicio de percepción"
Luego de ser notificado por el rector Osvaldo Corrales de la obtención del Premio de Honor, José Valentín Calderón dijo estar “muy feliz con la noticia y muy agradecido de estar en esta instancia. Este concurso es muy significativo para mí y para todo artista chileno joven, creo yo. Me tomó de sorpresa obtener el primer lugar. Yo ya había sido seleccionado en versiones anteriores, pero para nada esperaba ganar este año. Este es un concurso muy importante para cualquier joven, independiente de si uno gana o no, porque estimula la creación”.
Refiriéndose a su obra, comentó que “es una obra hecha a partir de una imagen hecha con inteligencia artificial, en la cual la tecnología organiza a su manera elementos icónicos que se le entregan, tratando de darle cierto sentido y yo plasmé eso a través del lenguaje pictórico. En parte, fue un ejercicio casi reflexivo de la pintura frente a las nuevas tecnologías, de cómo la inteligencia artificial crea y cómo el pintor pinta, que es una técnica que está en pleno desarrollo y hay una especie de boom al respecto. Luego de una recopilación de imágenes de una base de datos de internet y a partir de parámetros que yo puse (que puede ser un texto o una imagen), la tecnología genera una imagen y luego yo la amplío e interpreto a través de una pintura”.
“No es abstracción como tal, yo no la calificaría como una obra abstracta, aunque entiendo que se pueda percibir así. Mi trabajo plantea ciertas interrogantes respecto a cómo se perciben las cosas, es un ejercicio de percepción. Plantea interrogantes sobre nuestra visualización de los objetos. Es interesante cómo podemos percibir los objetos. En mi obra, de lejos se puede interpretar de una forma y la primera impresión es de coherencia, pero luego, a medida que te acercas, esa coherencia se desvanece, ese espacio tridimensional desaparece. Es como un accidente que da ciertos resultados. Yo, durante el proceso de creación, le mostré la pintura a muchas personas y ellas tuvieron distintas reacciones. Algunos consideraban que era una composición muy interesante, mientras que a otros les desagradaba que no se pudiera precisar lo que se veía, aunque hay precisión en la técnica, lo cual es medio contradictorio. Y esto mismo plantea varias interrogantes en una época en que las máquinas se están acercando mucho a crear verdades verosímiles. Yo hice una operación a la inversa, porque trato de interpretar lo que el computador hizo a partir de trabajos hechos por humanos”, agrega.
Respecto a cómo ser ganador del Concurso Nacional de Arte Joven puede impactar en su futuro, José Valentín Calderón contó que “yo ya estoy dedicado a esto. Hace unos años me matriculé en la carrera de Artes Visuales de la Universidad de Chile y me titulé de pintor. Para mi carrera, esta distinción es muy importante y me va a estimular a crear más obras. De hecho, el primer lugar también da el derecho a montar una exposición y eso es un premio importante”.
Vitrina para jóvenes creadores
Rafael Torres, director del Concurso Nacional de Arte Joven, explica que “junto al jurado estamos muy contentos por esta nueva versión del certamen, ya que como siempre tenemos extraordinarios ganadores. A lo largo de su historia el evento nos ha mostrado diversidad de temáticas, artistas y de soportes”.
“Es una gran vitrina para los creadores jóvenes del momento, quienes traen una vuelta a los materiales nobles, como la madera, el textil, los trabajos en bordados, grabado y fotografía, por lo que nos sentimos muy complacidos de esta convocatoria que tuvo más de doscientas obras en participación”, comentó.
Tatiana Lastarria, artista y presidenta del jurado, señaló que “estuvimos totalmente de acuerdo y los premios fueron dados por unanimidad. La obra ganadora del primer premio nos llamó la atención por su soltura, su solidez y una imagen muy sugerente y atractiva, mientras que la segunda obra premiada también destacó por su envergadura del envío, se aprecia un artista que prepara bien su obra, que conoce bien su trabajo y sabe cómo presentarse. En general, todas obras están muy bien resueltas técnicamente y bien presentadas, con propuestas interesantes, algunas que siguen en una cierta continuidad del arte tradicional y otras son modernas y diferentes”.
René Poblete, pintor y jurado, destacó “la admiración y respeto por el proyecto que desarrolla la UV en relación a los procesos creativos que se realizan dentro de esta comunidad específica, que tiene que ver con un territorio determinado y con lo que se propone en términos artísticos”.
El fotógrafo y jurado José Luis Rissetti enfatizó que “es bastante estimulante mirar a gente de distintos rincones de este país participar en este concurso, con obras interesantes, potentes y bien elaboradas, que forman parte de la generación de artistas menores de 35 años. La invitación es que en las próximas ediciones podamos ver más obras y técnicas distintas, porque pertenecer a la colección de esta universidad puede ser muy significativo”.